En un laboratorio de fecundación in vitro se manejan muchas muestras al cabo del día, y este material biológico tiene una importancia crítica, no solo en el momento de hacer el tratamiento sino para el futuro de los niños nacidos.
Los embriólogos están acostumbrados a trabajar con este material tan delicado, y los años de experiencia permiten que sea un trabajo seguro. Sin embargo, toda precaución es poca. Por eso en ERGO contamos con varios puntos de seguridad para minimizar los riesgos; os contamos los 3 principales.
1 En el laboratorio siempre hay al menos 2 embriólogos trabajando juntos
Es una máxima de nuestro centro. Un proceso tan crítico como cualquier de los que se realizan dentro del corazón de nuestra clínica, no puede llevarse a cabo por una sola persona. De esta manera además, se consigue hacer control personal doble de que cada muestra utilizada corresponde perfectamente con la que debe.
2 Todo identificado con el nombre de la chica
Si se para uno a pensar, en España, todos los tratamientos implican al menos a una mujer. Tanto en las inseminaciones, con pareja masculina o chica sola, en los ciclos de FIV, con semen de pareja o de donante, o en los ciclos de parejas de dos mujeres, siempre hay una mujer que es la receptora del material biológico (semen o embriones). Por tanto, otro punto de enorme seguridad es que tanto óvulos, embriones como incluso las muestras de semen, se identifiquen con el nombre de esa receptora.
De esta forma los óvulos de María, por ejemplo, será inseminados por el semen de María (aunque tenga pareja varón), y el embrión será identificado como María.
3 Lo más importante: sistema de doble seguridad Witness
Y sin duda, la tecnología ha sido y es un apoyo importantísimo para el trabajo en un centro de reproducción asistida. En nuestro caso disponemos del sistema Witness de doble testigo, que permite hacer seguimiento de trazabilidad y doble seguridad en cada paso del proceso.
Su uso es muy sencillo. A cada pareja (o mujer sola) se le entrega una tarjeta identificativa personal, que debe llevar consigo durante todo el proceso. El día que se obtienen los ovocitos, debe entrar con ella en el quirófano, colocarlo en el lector que está en la puerta, y automáticamente, en la campana del laboratorio se activa la superficie con su nombre.
A partir de ahí, todo el material que se vaya recogiedo en la campana, en este caso los ovocitos de la punción, serán identificados con una tag (pequeño chip) que se pega a la placa donde van a estar los ovocitos, y así se identifican con su nombre, número de historia, etc.
Cuando su pareja entrega la muestra de semen, el bote se identifica con el nombre de la chica y se coloca una nueva tag que identifica de nuevo a la chica. Así, cuando en el laboratorio vamos a juntar semen y óvulos, cada uno tiene su tag, pero ambos con el mismo nombre, en este caso todo identifica a María. Esta información está siendo reflejada constantemente en las pantallas que se encuentran dentro de la campana, para tener en todo momento el nombre de la mujer en el proceso.
En el momento de la transferencia del embrión, la paciente debe hacer lo mismo con su tarjeta, colocarla en el lector antes de entrar en el quirófano. Así, al poner la placa con su embrión para transferencia, el sistema chequea que la tarjeta y el embrión pertenecen a la misma paciente.
Así no hay forma de confusión posible. Y además, este proceso no interfiere para nada en el trabajo habitual de nuestros embriólogos, ya que el chequeo se está haciendo de manera constante por el sistema, como un Gran Hermano que los observa para saber que cada paso es el correcto.
Gracias a todos estos pasos, a la forma de trabajar ordenada y meticulosa de nuestro equipo de laboratorio, y a la gran tecnología del Witness, estamos tranquilos durante todo el proceso, y damos tranquilidad a nuestros pacientes.