Qué fácil es plantearse tirar la toalla cuando todo va mal, cuando las pruebas no son concluyentes y cuando los resultados son negativos uno tras otro. Entendemos tanto ese sentimiento… Pero a veces, un cambio de aires, un cambio de manos, o ese pequeño punto de suerte puede aparece en nuestro camino y llega a darnos el mejor de los resultados.
Todos nos guiamos por la imagen que nos transmite un lugar, entendemos que siendo grande y famoso puede tener la clave que necesitamos, pero ojalá fuera todo marketing. A veces las parejas necesitan cambiar de aires y tener una perspectiva nueva. No necesariamente mejor, porque más o menos todos hacemos lo mismo, pero psicológicamente se necesita.
Algo así le ocurrió a los ahora ya papás de María. Llegaron a vernos hace más de un año con varios intentos anteriores sin éxito. Todas las pruebas hechas no indicaban problema aparente, pero un embrión tras otro daba el mismo resultado negativo. Planteamos entonces un estudio en profundidad del semen y darle la importancia al endometrio que se merecía. Ahí encontramos las claves…
Después de un nuevo tratamiento, ese primer embrión era María. El día de la beta fue una alegría inmensa, una sorpresa para los papás y una emoción para todo el equipo. Ahora, ya son unas cuántas células más desde la última vez que la vimos, y tenerla en brazos es una sensación indescriptible. Quién sabe, portándose así de bien igual se animan a venir a por alguno de sus hermanos dentro de poco…
Gracias por formar parte de la familia ERGO.