Nuestra construcción mental sobre la maternidad/paternidad comienza a formarse
desde el nacimiento, pues desde la más temprana edad contemplamos la maternidad como algo único y especial.
En un momento dado de nuestra vida, sentimos que estamos preparados para convertirnos en madres o padres; nos vemos capaces de adquirir las responsabilidades pertinentes y asumimos los cambios que posiblemente se producirán, pues entendemos este proceso como una experiencia de vida.
Nos ponemos manos a la obra.
Comenzamos a cuidar nuestra salud física, mejoramos nuestra alimentación, tomamos los suplementos alimenticios o medicación necesarios, empezamos a informarnos sobre ovulación y fecundación, nos hacemos chequeos ginecológicos exhaustivos, iniciamos un proceso de reproducción asistida, etc.
Desde el principio nos han dicho que conseguir un embarazo no es algo sencillo, y que el tiempo que se tarda en conseguirlo es muy relativo y depende de cada persona, pero aún así, en nuestro interior, cada mes pensamos que ése puede ser el inicio del proyecto de vida tan deseado.
Pero…
Pero el tiempo es un factor estresante, los meses transcurren y la ansiada noticia sigue sin llegar. Más pruebas, más revisiones, más esperas, menos paciencia y más tensión. Comenzamos a tener dudas sobre nosotros mismos, sobre nuestra capacidad reproductora y el buen funcionamiento de nuestro organismo. Empiezan a asomar sentimientos de frustración y de culpa, nuestros niveles de ansiedad aumentan… Además, ese estrés hace que nuestras relaciones se resientan; discusiones con nuestra pareja, tensiones familiares, problemas en el trabajo…
Sentimos que en ocasiones nos falta el aire, perdemos la ilusión por las cosas, aumentamos nuestros niveles de perfeccionismo y autoexigencia y estamos asustados, a veces no nos sentimos comprendidos y nos cuesta encontrar a una persona en la que apoyarnos, con la que compartir nuestra experiencia.
Ponernos en contacto con un profesional de la psicología puede ayudarnos en este
proceso.
La psicología crea un espacio seguro en el cual la persona o personas que acuden a terapia se sienten validadas, acogidas y acompañadas.
Acudiendo a terapia aprendemos a entender y gestionar las emociones surgidas,
positivas y negativas, dándoles nombre y forma y conseguimos afrontar las situaciones
adversas que puedan plantearse.
Con la ayuda de la psicología conseguimos instaurar hábitos de conducta saludables,
mejorar los trastornos del sueño asociados a la preocupación, favorecer la toma de
decisiones consensuada y planificada en pareja, y trabajar la sintomatología
ansiosa/depresiva por la demora del embarazo, además de las emociones de culpa, pena, frustración o enfado que surgen a lo largo del proceso.
Podemos trabajar la vinculación sentimental y la infertilidad en la pareja, pues puede haber desequilibrio en los sentimientos de ambos. También gestionar cambios en la familia y repercusiones a nivel laboral y en la red social.
La ayuda que te aportamos en la Clínica ERGO
Estos procesos son claramente duros y por ello ponemos a tu disposición a nuestro equipo de psicólogos clínicos para que también formen parte del equipo que te acompañará durante todo el proceso.
No solo eso, sino que en nuestros tratamientos de reproducción asistida incorporamos la primera entrevista con la psicóloga sin ningún coste adicional. Esto es cuidaros, esto es acompañaros. Nuestro equipo multidisciplinar junto, contigo y cada uno aportando su especialidad para llegar al mismo objetivo que tú: tu embarazo sano.
Consúltanos sin compromiso.