Clínica de Reproducción Asistida en Asturias con identidad propia

Hacer bien las cosas no está reñido con ser un centro de un tamaño medio o pequeño. Al contrario. La autonomía de los centros independientes nos permite poder tomar decisiones con criterios propios.

Unos inicios diferentes al resto

La Clínica ERGO nació en 2018 cuando dos embriólogos, tras años de experiencia y habiendo trabajado en centros privados y públicos, vieron la necesidad de trabajar de otra manera. Dar mayor importancia al laboratorio, a la tecnología y las nuevas técnicas aplicadas a la reproducción asistida, y sobre todo abrir las puertas de la zona más crítica de un centro de estas características a los pacientes: lo que ocurre en el laboratorio.

Fundado por embriólogos en exclusiva

Los inicios no fueron fáciles. La inversión que requiere una clínica especializada en reproducción asistida es muy elevada, y Abel y María eran trabajadores normales, pero con mucho esfuerzos y trabajo consiguieron ponerla en marcha con la mejor tecnología dentro del laboratorio, lo que siempre fue su prioridad.

La dirección de la clínica sigue estando bajo su único control

Esto es una grandísima ventaja. Los directores son los embriólogos que trabajan diariamente durante muchas horas en la clínica, quienes ven a los pacientes desde el principio y quienes hacen el seguimiento individualizado de cada caso junto al resto del equipo.

Esto repercute favorablemente en muchos aspectos:

  • damos prioridad a las inversiones en tecnología y materiales que afecta a los laboratorios de embriología, andrología y criobiología, antes que otras cosas más superficiales como decoración de zonas comunes o publicidad.
  • los embriólogos, a su vez directores en nuestro caso, tienen toda la libertad para poder escoger los mejores fungibles (placas, tubos, medios de cultivo, capilares, agujas,…) para los gametos y embriones. No hay imposiciones económicas, se escogen sólo los mejores. Quienes trabajan con ellos diariamente saben lo importante que es.
  • independencia total para tomar decisiones. No existen protocolos estandarizados impuestos por gestores externos, sino que valoramos en equipo cada caso, y los pacientes saben que con quien están hablando es quien ha estudiando los mejores pasos para ellos.
  • un trato inmensamente más cercano. Conocer personalmente a los pacientes desde el principio y seguir a su lado durante todo el proceso nos hace valorar el esfuerzo emocional y económico que cada pareja hace para acceder a estos tratamientos. Por eso, nuestros directores ajustan los precios lo más posible e indican las pruebas que realmente son necesarias en cada caso.

Única clínica en Asturias de estas características

Estamos enormemente orgullosos de seguir trabajando así. El resto de centros están gestionados por fondos de inversión, personas totalmente ajenas a la profesión sin conocimiento del día a día de los tratamientos, que probablemente tengan sus ventajas, pero desde nuestro punto de vista, limita la autonomía de decisiones y sobre todo la selección de los mejores materiales.

Como la tienda delicatessen del barrio

Así nos definió una paciente hace ya años, y nos ha encantado el símil. «Los productos de mejor calidad con el trato cercano del barrio». Y así es nuestra filosofía. Priorizamos tener la mejor tecnología, los últimos avances, los mejores materiales del mercado para que los resultados sean los óptimos, y además poder compartir cada paso con los pacientes haciendo que se sientan en su casa.

Con un límite de ciclos para dar el mejor servicio

No nos interesa hacer muchos tratamientos al año, queremos que cada ciclo sea mimado al detalle, y eso solo puede hacerse manteniendo una cantidad máxima de tratamientos a la semana. Poder dedicar una hora entera a una primera visita, disponibilidad telefónica 13 horas al día con teléfono de urgencias los fines de semana, contacto directo con los directores del centro cuando se necesite, explicación individualizada de cada resultado de pruebas,…

Y sobre todo disfrutar de nuestro trabajo. El esfuerzo de crear una clínica así, y dedicarle las horas que le dedicamos, solo compensa por nuestra pasión por esta profesión. Así que la mejor manera de seguir disfrutando, aprendiendo y creciendo profesionalmente es poder dedicar todo el tiempo que necesita cada pareja sin sobrepasar una cantidad de tratamientos.

Nos gusta ser únicos, nos gusta ser pequeños, porque esto nos permite trabajar bien, tranquilos y con la autonomía de tomar nuestras propias decisiones priorizando las necesidades y objetivos de nuestros pacientes.

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