Hoy queremos volver a comentaros otro proceso que ocurre en el laboratorio de aquellos que denominamos “la vida en un minuto”. Este proceso es el que llamamos denudación, o vulgarmente conocido como pelado de los ovocitos.
Cuando los ovocitos salen del folículo ovárico, bien sea de forma natural o tras ser inducidos mediante medicación, lo hacen envueltos en las células de la granulosa, una seria de capas celulares cuya misión es variada. La más importante es la de actuar a modo de barrera para seleccionar el mejor espermatozoide que debe penetrar al interior del óvulo, de manera que solo aquellos espermatozoides mejor dotados en cuanto a una serie de variables (movilidad, receptores específicos, etc) conseguirán penetrar todas las barreras y liberar el material genético paterno en el interior del ovocito.
Eso es lo que ocurre de forma natural en la trompa de Falopio de la mujer, y también en el laboratorio cuando exponemos esos ovocitos envueltos en sus capas en presencia de millones de espermatozoides, en el proceso conocido como fecundación in vitro clásica.
Pero en otras ocasiones, cuando no se dispone de esa cantidad de espermatozoides, y el varón aporta unos gametos escasos o de baja movilidad, es preciso, mediante la ayuda de un micromanipulador, introducirlos mediante una inyección intracitoplasmática en el interior del ovocito (ICSI).
Para que dicho proceso tengo éxito en la fertilización posterior, estos ovocitos deben estar en un estadío de maduración adecuado, cuyo estadío se verifica a través del microscopio por la presencia de una estructura llamada corpúsculo polar. Para poder identificar dicha estructura debemos simular en la placa in vitro del laboratorio un proceso similar al que ocurre in vivo, que es la digestión de esas envolturas que nos enmascaran el corpúsculo polar.
La digestión ocurre cuando añadimos a los ovocitos la misma sustancia que portan los espermatozoides en su cabeza y que se llama hialuronidasa. Mediante esta sustancia y haciendo pasar los ovocitos por un capilar entorno a 140 micras de diámetro (el tamaño medio de los ovocitos) conseguimos eliminar dichas envolturas. Ahora bien, lo vital de este proceso es realizarlo en un tiempo máximo de un minuto en dicha sustancia, ya que más allá de ese tiempo los ovocitos pueden verse alterados en sus procesos bioquímicos y mostrar fenómenos posteriores de partenogénesis (división del óvulo sin presencia del espermatozoide).
Una vez más la pericia del embriólogo en la manipulación de los gametos hará que empleando el tiempo adecuado, obtengamos un embrión adecuado, y podamos cambiar el refrán y poder decir: qué importa un minuto en esta vida, o cuánto importa un minuto en esta futura vida… embrionaria.