Cómo hacer una ecografía útil

La ecografía transvaginal es una de las herramientas más utilizadas en los estudios de fertilidad y los tratamientos de reproducción asistida. Nos permite ver el aparato reproductor femenino interno y valorar la respuesta a las medicaciones pautadas. Pero cuándo hacer una ecografía determinará su utilidad. Te contamos porqué.

Valoración de fertilidad

Un punto clave para valorar la fertilidad de una mujer es la reserva ovárica. Para ello debemos realizar una determinación de la hormona antimülleriana, y una ecografía de recuento de folículos antrales (RFA). Esos antrales solamente se observan durante los primeros días del ciclo; en cualquier otro momento ya no será una imagen real, porque habrán desaparecido folículos y el recuento no sirve.

Grosor endometrial

Durante los días de sangrado menstrual, el endometrio debe tener un aspecto fino y lineal. En ese momento se podrían observar alteraciones intrauterinas como pólipos o entrada de miomas en cavidad, que en momentos más avanzados del ciclo no se visualizarían con tanta facilidad. A medida que pasan los días, el endometrio va ganando grosor y el interior quedaría difuso.

Quistes o imágenes ováricas

En algunas ocasiones, existen imágenes ováricas que deben evaluarse en momentos muy concretos del ciclo, ya que su aspecto puede ir modificándose. Es importante poder distinguir entre, por ejemplo, un quiste preovulatorio y un quiste funcional, que a priori podría tener una imagen muy similar pero que se distingue entre uno u otro en función del momento del ciclo en el que se esté.

Cuándo hacer una ecografía de fertilidad útil

Sin duda, entre los días 1 y 4 del ciclo; fuera de ese periodo no tiene aplicación en estudios de fertilidad. Ya hemos explicado los puntos claves pero sobre todo para hacer una primera valoración, la indicación útil y con información relevante será al principio del ciclo menstrual, donde veamos la totalidad de folículos antrales y una cavidad endometrial fina y lineal.

Hagamos un símil fácil de entender

Empezamos pidiendo disculpas a los compañeros científicos…, ya que esta explicación está pensada para los pacientes, para que se entienda con lenguaje sencillo 🙂

Las mujeres nacen con unos 300.000 – 400.000 óvulos, que van a ir gastando a lo largo de su vida. Obviamente no tienen 300.000 reglas, y el motivo es que cada mes, se «gastan» muchos óvulos. Un folículo será el seleccionado para ovular, pero muchos otros serán destruidos cada mes sin llegar a tener su oportunidad.

El ovario se comporta como en capas; cada mes muestra la capa externa con un número de folículos (los folículos antrales), siendo unos 10-15 en cada ovario cuando la mujer es joven, y cuyo número va bajando a medida que pasan los años. Según el ciclo va avanzando, el cuerpo selecciona uno de los folículos que será el desarrollado para ovular, y el resto los destruye (en un caso como éste por ejemplo de unos 20-30 antrales, ovulará 1 y destruirá todos los demás). Por eso es indispensable que la ecografía de recuento de folículos antrales se realiza al inicio del ciclo, para ver la capa con todos los folículos que quería mostrar.

Van pasando los meses y al ir quedando menor cantidad de óvulos en la «despensa», el cuerpo ahorra y en las capas externas irá mostrando cada mes menos folículos. Por eso las respuestas a la estimulación ovárica, con los años, dan lugar a menor cantidad de óvulos en cada fecundación in vitro, porque sólo es la capa externa del ovario la que responde cada mes a las hormonas.

En cuanto al endometrio, al inicio del ciclo está fino, pero a medida que pasan los días, va engordando, como nieve caída sobre un campo. Mientras dure la nieve, cualquier elemento que hubiese por debajo será de muy difícil visión, pero cuando la nieve se va, ya podemos ver el campo despejado. Algo equivalente sería ver un endometrio con el ciclo avanzado; nos distorsiona la posible imagen de artefactos como pólipos o similares.

Los pasos para un buen estudio de fertilidad

  • Primera consulta: debemos conocer los antecedentes de la pareja, las analíticas y estudios que ya hayan hecho y los tratamientos ya realizados en el caso de que así sea. Eso nos permite plantear pruebas complementarias y una primera aproximación hacia el tratamiento más adecuando en su caso.
  • Valoración de fertilidad: realizar ecografía durante los primeros días del ciclo (ya hemos visto los motivos) para ver los folículos antrales, evaluar imágenes concretas ováricas o endometriales, y el grosor del endometrio.
  • Analítica de hormonas: aprovechando la visita para la ecografía y una vez comprobado el estado de reposo por ecografía, se realiza la analítica de hormonas basales y la hormona antimülleriana

Con estos pasos lógicos, sensatos y con indicación médica, la paciente tiene una visión completa de su estado fértil. A partir de ahí se plantean tratamientos, pruebas u otras indicaciones según cada caso, siempre individualizando los tratamientos.

En la Clínica ERGO hacemos cada paso con la sensatez que se merece; que cada visita y prueba dé como resultado la información necesaria y veraz, y que el paciente sienta que las cosas que se hacen es porque son necesarios y servirán para un perfecto diagnóstico y un camino más fácil para conseguir el embarazo.

Si es tu caso, pídenos información sin compromiso. Estamos para ayudarte.